China despliega su revolución de IA encarnada: drones y robots humanoides transforman Shenzhen
Descubre cómo Shenzhen, epicentro tecnológico de China, lidera la revolución de la inteligencia artificial encarnada con drones de reparto, robots humanoides y una estrategia nacional para dominar el futuro digital. Un vistazo al presente que otros aún están debatiendo.
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4/21/20252 min leer


Shenzhen (China) – Mientras en Occidente aún se debaten los dilemas éticos en torno a la inteligencia artificial, en el sur de China ya se vive su implementación a gran escala. En Shenzhen, una de las ciudades tecnológicamente más avanzadas del país, los drones de reparto han sustituido a los tradicionales repartidores humanos en varias zonas urbanas. A través de la plataforma Meituan, los usuarios pueden recibir sus pedidos en cajas selladas que se abren con un código enviado al móvil, sin necesidad de interactuar con ningún trabajador.
Aunque la comida puede llegar algo fría tras un vuelo entre los rascacielos en una caja de poliestireno, el sistema compensa en eficiencia. Los drones, totalmente autónomos, recorren distancias que antes requerían tráfico urbano y tiempos de espera. Actualmente, Meituan ha demostrado superar en rapidez a muchos servicios tradicionales, consolidando su papel como pionero en la logística automatizada.
Esta innovación forma parte de una apuesta más amplia del gobierno chino por lo que denominan “IA encarnada” —inteligencia artificial aplicada a sistemas físicos que interactúan con el entorno humano—. En este nuevo paradigma, los avances no se limitan al software, sino que se materializan en forma de drones, vehículos autónomos, y robots humanoides capaces de realizar tareas complejas en fábricas, almacenes e incluso espacios públicos.
La provincia de Guangdong ha destinado recientemente más de 60 millones de yuanes para la creación de centros de innovación centrados en tecnologías de baja altitud y robótica avanzada. El objetivo: reducir la dependencia de tecnologías extranjeras, hacer frente al envejecimiento de la población y consolidar una economía digital autónoma y sostenible.
Más allá de su eficiencia operativa, este despliegue tecnológico también responde a una narrativa de liderazgo nacional. China busca posicionarse como referente global en inteligencia artificial sin depender de la infraestructura tecnológica de Estados Unidos, impulsando modelos como DeepSeek R1 que, a pesar de operar con chips menos avanzados, compiten de forma notable con alternativas occidentales.
Un presente que otros aún imaginan
Mientras el debate internacional gira en torno a los límites de la IA, su impacto en el empleo y las implicaciones sociales, en ciudades como Shenzhen la inteligencia artificial ya camina, vuela y conversa. La revolución no se anuncia: se vive. Y su zumbido —discreto pero constante— ya forma parte del paisaje sonoro cotidiano.